ACTIVIDAD DE REFLEXIÓN Y ANÁLISIS 6: "ELISABETH, UNA TUTORA QUE ME MARCÓ"
Esta mañana Xoán nos ha instado a hacer una entrada en el blog sobre algún tutor que nos hubiera marcado, y en la primera persona que pensé fue en Elisabeth, mi tutora (y profe de Física) de 2º de Bachillerato.
Como mucho de vosotros sabéis, mi vida profesional en esa época iba totalmente orientada hacia la música. Estaba haciendo 6º de Grado Medio de Acordeón en el Conservatorio de Valladolid y mi vida y mi pasión era la música. Tenía muy claro que al año siguiente iba a estar en Zaragoza haciendo el Grado Superior de Acordeón o de Composición (eso aún no lo tenía claro). Ese año empezó con todos los profesores diciéndonos lo importante que era que estuviéramos preparados para presentarnos a la Selectividad. Yo pensaba: "Tengo que estar preparada para la Selectividad, pero mi prioridad es prepararme la prueba de acceso al Grado Superior".
Durante el verano y el principio de curso noté que mi oído no estaba bien, pensé que podía tener algún tapón de cera y sobre finales de octubre fui al otorrino. Entré relativamente relajada y salí completamente desencajada. Había que hacerme más pruebas, pero todo indicaba que padecía hipoacusia neurosensorial, una enfermedad degenerativa que hace que pierdas audición progresivamente y que hace que te quedes sordo a una edad relativamente temprana. Mi carrera musical había terminado. A los 30 años me iba a quedar sorda... He de decir que en esa época no había avances como los que hay ahora. Cuando me quede sorda me pondrán un implante coclear que hará que pueda oír relativamente bien (aunque no para dedicarme a la música). El campo de los implantes cocleares está avanzando un montón y seguramente para cuando lo necesite habrá unas mejoras inmensas.
En un primer momento dije: "Me da igual todo, yo voy a hacer música". Sin embargo, la exposición al acordeón y a los sonidos fuertes hacía que perdiera más rápido la audición y decidí que prefería disfrutar de la música durante unos años más siendo oyente, que seguir con la profesión y fastidiarme antes el oído. En este momento se me planteó un problema: "¿Y ahora que hago con mi vida?".
Y fue cuando apareció Elisabeth. Yo estaba muy deprimida y mi tutora lo notó y me citó para hablar conmigo en privado de lo que me sucedía. Le conté lo que había sucedido y ella me apoyó muchísimo. Me estuvo explicando las posibles salidas que podía tener. Siempre me habían gustado las ciencias también, por lo que empezamos hablando de las posibles carreras de ciencias que podía hacer. Además, ella es Física por lo que me podía explicar bien las posibles salidas que había después de la carrera. Durante todo el año, cada vez que me daba un bajón de ánimo ella estuvo ahí apoyándome, lo cual siempre se lo agradeceré. Al final de curso dudaba entre si hacer Física o Matemáticas. Al final me decanté por la Física por la parte más práctica de la misma. Creo que su papel como orientadora académica fue extraordinario (ya que soy muy feliz siendo física) y su papel como apoyo emocional también fue esencial para la superación de esta etapa de mi vida.
Por último, querría darla las gracias. Muchísimas gracias Elisabeth por todo lo que hiciste por mí, te estaré eternamente agradecida.
Espero que os haya gustado esta entrada, y sed libres de comentar! Un saludo!
Como mucho de vosotros sabéis, mi vida profesional en esa época iba totalmente orientada hacia la música. Estaba haciendo 6º de Grado Medio de Acordeón en el Conservatorio de Valladolid y mi vida y mi pasión era la música. Tenía muy claro que al año siguiente iba a estar en Zaragoza haciendo el Grado Superior de Acordeón o de Composición (eso aún no lo tenía claro). Ese año empezó con todos los profesores diciéndonos lo importante que era que estuviéramos preparados para presentarnos a la Selectividad. Yo pensaba: "Tengo que estar preparada para la Selectividad, pero mi prioridad es prepararme la prueba de acceso al Grado Superior".
Durante el verano y el principio de curso noté que mi oído no estaba bien, pensé que podía tener algún tapón de cera y sobre finales de octubre fui al otorrino. Entré relativamente relajada y salí completamente desencajada. Había que hacerme más pruebas, pero todo indicaba que padecía hipoacusia neurosensorial, una enfermedad degenerativa que hace que pierdas audición progresivamente y que hace que te quedes sordo a una edad relativamente temprana. Mi carrera musical había terminado. A los 30 años me iba a quedar sorda... He de decir que en esa época no había avances como los que hay ahora. Cuando me quede sorda me pondrán un implante coclear que hará que pueda oír relativamente bien (aunque no para dedicarme a la música). El campo de los implantes cocleares está avanzando un montón y seguramente para cuando lo necesite habrá unas mejoras inmensas.
En un primer momento dije: "Me da igual todo, yo voy a hacer música". Sin embargo, la exposición al acordeón y a los sonidos fuertes hacía que perdiera más rápido la audición y decidí que prefería disfrutar de la música durante unos años más siendo oyente, que seguir con la profesión y fastidiarme antes el oído. En este momento se me planteó un problema: "¿Y ahora que hago con mi vida?".
Y fue cuando apareció Elisabeth. Yo estaba muy deprimida y mi tutora lo notó y me citó para hablar conmigo en privado de lo que me sucedía. Le conté lo que había sucedido y ella me apoyó muchísimo. Me estuvo explicando las posibles salidas que podía tener. Siempre me habían gustado las ciencias también, por lo que empezamos hablando de las posibles carreras de ciencias que podía hacer. Además, ella es Física por lo que me podía explicar bien las posibles salidas que había después de la carrera. Durante todo el año, cada vez que me daba un bajón de ánimo ella estuvo ahí apoyándome, lo cual siempre se lo agradeceré. Al final de curso dudaba entre si hacer Física o Matemáticas. Al final me decanté por la Física por la parte más práctica de la misma. Creo que su papel como orientadora académica fue extraordinario (ya que soy muy feliz siendo física) y su papel como apoyo emocional también fue esencial para la superación de esta etapa de mi vida.
Por último, querría darla las gracias. Muchísimas gracias Elisabeth por todo lo que hiciste por mí, te estaré eternamente agradecida.
Espero que os haya gustado esta entrada, y sed libres de comentar! Un saludo!
Tienes mucha suerte de haber podido encontrar a alguien así en tu vida. Acciones como la de Elisabeth te hacen pensar si nosotros seremos capaces de hacer algo semejante... Espero que sí. Gracias por compartir una historia tan inspiradora.
ResponderEliminarSara
Muchas gracias por tu comentario! Tuve muchísima suerte de encontrarme con una profesora así la verdad. Es cierto que te hace pensar en si nosotros seremos capaz de hacer algo semejante. Yo creo que el secreto es tener ganas de ayudar a nuestros alumnos a crecer, no solo académicamente, sino como personas. Creo que con lo buena persona que eres Sara, lo harás genial!
EliminarUn besazo y ánimo!